Si el Papa León XIV y Donald Trump forjaran una sólida relación de trabajo, esto podría verse, según las profecías bíblicas de Apocalipsis 13, como el cumplimiento de la futura alianza entre las dos bestias. En esta interpretación, Roma, la primera bestia, está representada por una potencia religiosa apóstata global, y la segunda bestia simboliza a la América protestante. Juntos, formarán una alianza estratégica que ejercerá dominio global sobre los asuntos religiosos y políticos. Se cree que esta futura alianza allanará el camino para la aplicación de las leyes religiosas —como el día universal de culto el domingo— y la supresión de la disidencia, marcando el inicio de la crisis final antes del regreso de Cristo.
Para quienes sostienen esta visión profética, una relación de colaboración entre el Papa estadounidense recién elegido y el presidente de Estados Unidos es vista como una clara indicación de que la Iglesia y el Estado están comenzando a unirse en formas predichas en las Escrituras.
Reuters News publicó un artículo el 9 de mayo de 2025, titulado “El cardenal Dolan de Nueva York dice que el nuevo papa buscará ‘tender puentes’ con Trump”, y expresó lo siguiente:
«El cardenal neoyorquino Timothy Dolan declaró el viernes que creía que el nuevo pontífice estadounidense, el papa León, buscaría conectar con todos los líderes mundiales, incluido el presidente estadounidense Donald Trump. ‘¿Querrá conectar con Donald Trump? Supongo. Pero querrá conectar con los líderes de todas las naciones’, declaró Dolan a la prensa en sus primeras declaraciones públicas desde la elección de León.«1
Con el incansable impulso político de Donald Trump para empoderar a las iglesias y restaurar el cristianismo como pilar central de la identidad y la política estadounidenses, es evidente que él —y quienes lo rodean, desde asesores y secretarios hasta el personal de la Casa Blanca— tienen la misión de transformar el mundo mediante un resurgimiento de la influencia religiosa en el gobierno. El papa León XIV probablemente estaría deseoso de aprovechar esta audaz agenda, estrechamente alineada con los intereses de Roma. Como pontífice que ya ha expresado su visión de unificar la autoridad moral con la influencia global, verá este auge del nacionalismo religioso como una oportunidad estratégica para impulsar los objetivos del Vaticano y forjar una poderosa alianza entre las fuerzas religiosas y políticas a nivel mundial.
Hace mucho tiempo se nos advirtió sobre el papel profético de Estados Unidos y el papado en los últimos días. Apocalipsis 13 describe dos grandes potencias: el papado (la primera bestia) y Estados Unidos (la segunda bestia), que se unirán para imponer la adoración falsa y perseguir a los fieles de Dios. Aquí hay declaraciones clave que abordan directamente esta crisis:
“Los protestantes de los Estados Unidos serán los primeros en extender sus manos a través del abismo para estrechar la mano del espiritismo; se extenderán sobre el abismo para estrechar las manos del poder romano; y bajo la influencia de esta triple unión, este país seguirá los pasos de Roma al pisotear los derechos de la conciencia” (El Conflicto de los Siglos, pág. 588).
“Cuando las principales iglesias de los Estados Unidos, uniéndose en torno a los puntos de doctrina que comparten, influyan en el Estado para hacer cumplir sus decretos y sostener sus instituciones, entonces la América protestante habrá formado una imagen de la jerarquía romana, y la imposición de sanciones civiles a los disidentes será inevitable” (El Conflicto de los Siglos, pág. 445).