El 6 de febrero de 2025, el presidente Donald Trump participó en dos desayunos de oración. El primero se celebró en el Washington Hilton Hotel con Paula White, líder de su Oficina de Fe de la Casa Blanca. A este evento acudieron diferentes líderes religiosos de todo el país, y fue en esta ocasión que el presidente Trump anunció que la Fiscalía General de Estados Unidos trabajaría para que nuestro país vuelva a ser “Una Nación Bajo Dios”.
El segundo desayuno de oración se llevó a cabo en el Capitolio de Estados Unidos con miembros del Congreso de ambos partidos. El presidente Trump les anunció que era hora de recuperar la religión y hacerla mucho más fuerte. Además, Trump afirmó que Dios tiene un plan especial para Estados Unidos y que se hará realidad más pronto que tarde.
El presidente Trump cerró sus comentarios instando a los miembros del Congreso a hacer de la religión un factor mucho más importante para esta nación. Dijo que las personas religiosas volverán a ser felices e hizo un llamamiento a su audiencia para que se restablezca tanto a Dios como a la religión.
Ellen G. White escribió extensamente sobre el papel de los Estados Unidos en la profecía bíblica, particularmente en relación con la unión entre la Iglesia y el Estado y la imposición de observancias religiosas. Ella identificó estos eventos como señales clave de la crisis final antes del regreso de Cristo.
“Cuando las iglesias protestantes se unan con el poder secular para sostener una religión falsa, por cuya oposición sus antepasados sufrieron la más feroz persecución, entonces el sábado papal será impuesto por la autoridad combinada de la iglesia y el estado. Habrá una apostasía nacional, que terminará sólo en la ruina nacional” (Eventos de los Últimos Días, p. 134).
“En el mismo acto de imponer un deber religioso por medio del poder secular, las iglesias mismas formarían una imagen de la bestia; por lo tanto, la imposición de la observancia del domingo en los Estados Unidos sería una imposición de la adoración a la bestia y a su imagen” (El conflicto de los siglos, pág. 448).
“Cuando las principales iglesias de los Estados Unidos, uniéndose en torno a puntos de doctrina que tienen en común, influyan en el estado para hacer cumplir sus decretos y sostener sus instituciones, entonces la América protestante habrá formado una imagen de la jerarquía romana, y el resultado inevitable será la imposición de sanciones civiles a los disidentes” (El Conflicto de los Siglos, pág. 445).