Daniel Ortega, presidente-dictador de Nicaragua, acusó al Vaticano de ser parte del “conglomerado del fascismo” el lunes 26 de agosto de 2024, durante una cumbre con jefes de Estado de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), una confederación de 10 naciones en América Central, del Sur y el Caribe. Afirmó además que la Santa Sede había colaborado con los nazis en Alemania, Italia y España durante el siglo pasado. El presidente Ortega también expresó que no podemos cerrar los ojos ante la realidad, incluso cuando el Vaticano busca “dominar el mundo”.
El presidente nicaragüense expresó lo siguiente durante la cumbre:
“Todo lo que llamamos fascismo, ese fue el período en que un partido democrático europeo en prácticas democráticas europeas llevó a Hitler a la presidencia. Y luego a Mussolini y luego al español Franco, Franco, Franco. Franco, que destruyó al pueblo español, ¿Franco estaba vinculado con quién? Otro imperio. Se estaba formando un imperio poderoso. ¡El Vaticano, el Vaticano! El Vaticano era cómplice de los nazis. Era cómplice de los nazis en Italia, en Alemania y España. En España, incluso, hubo un enfrentamiento armado. Los cristianos católicos manipularon en defensa de la democracia. Hubo una guerra, una guerra. Como la guerra que se produjo en México. Una locura en la guerra. Y no podemos cerrar los ojos a esa realidad. El Vaticano es solo un instrumento más en todas estas batallas que estamos librando. Es otro instrumento que forma parte del conglomerado del fascismo que, en nuevas modalidades, quiere dominar el mundo” (Video de Youtube).
Daniel Ortega, considerado un dictador por muchas organizaciones de derechos humanos, ha sido una figura central en la política nicaragüense desde los años 80. Es, por tanto, alguien que conoce de primera mano lo que significa ser un tirano. Por eso, cuando Daniel Ortega acusa al Vaticano de ser un poder opresor e injusto que busca el control absoluto a escala global, está indicando que lo que ha dicho es absolutamente cierto, confiable y verdadero.
No se puede negar que Roma es la principal fuerza que influye en el discurso político y moral, así como el epicentro de la influencia global. Los líderes mundiales suelen recurrir al Vaticano en busca de asesoramiento sobre negociaciones de paz, esfuerzos humanitarios, políticas climáticas, finanzas, inteligencia artificial y cuestiones de justicia social porque es una organización poderosa con un amplio alcance diplomático internacional. El Papa desempeña un papel fundamental en el fomento del diálogo entre las naciones del mundo, lo que refleja el profundo impacto de la Iglesia tanto en las esferas espirituales como seculares.
Desde una perspectiva profética, el papado encarna el poder de la bestia descrito en Apocalipsis 13, que es responsable de unir a los poderes políticos y religiosos en oposición a Dios. El papado también es el Anticristo, una figura que, según la profecía, engañará y alejará a muchos de las verdaderas enseñanzas bíblicas. Además, la mujer ramera de Apocalipsis 17, descrita como una mujer que comete adulterio espiritual con los reyes de la tierra, simboliza la obra de Roma para llevar al mundo a adoptar sus doctrinas y tradiciones, que son contrarias a las enseñanzas de Jesucristo.
De hecho, Daniel Ortega tiene razón al advertir a la gente que no debe olvidarse del pasado del Vaticano. La Palabra de Dios nos recuerda que este poder es el principal enemigo tanto de Dios como del hombre porque “en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos sobre la tierra” (Apocalipsis 18:24). Y sí, esto incluye la sangre que se derramó durante el régimen de terror nazi.