DONALD TRUMP DIJO A LOS LÍDERES CRISTIANOS QUE ESTABLECERÁ UNA OFICINA RELIGIOSA EN LA CASA BLANCA QUE LE REPORTARÁ DIRECTAMENTE A ÉL

El 28 de octubre de 2024, Donald Trump asistió a la Cumbre de Fe organizada por la Junta Asesora Nacional de Fe. Durante una entrevista con la pastora pentecostal que habla en lenguas, Paula White, Donald Trump dijo que establecerá una Oficina de Fe en la Casa Blanca porque la religión está bajo ataque en nuestra nación y debe ser salvada.

Aquí estamos siendo testigos de una coalición muy estratégica entre el Presidente de los Estados Unidos y los líderes religiosos evangélicos que se está planeando con el propósito de salvar la religión en los Estados Unidos. Esta llamada “Oficina de la Fe”, que trabajará directamente en la “Oficina Oval”, tiene como objetivo influir no sólo en la Casa Blanca sino también en las políticas estadounidenses, moldeándolas para que se alineen con las creencias evangélicas.

No cabe duda de que todos los ciudadanos, incluidas las personas de fe, tienen derecho a ser escuchados. Sin embargo, la Constitución de Estados Unidos no menciona el establecimiento de una oficina de la “fe” dentro del poder ejecutivo del gobierno. Además, los cristianos se pasan de la raya cuando apoyan leyes o reglamentos que imponen determinadas creencias religiosas (especialmente el descanso dominical) a todos los ciudadanos. Además, ¿por qué querrían los cristianos evangélicos una “Oficina de la Fe” en la Casa Blanca? Obviamente, los líderes religiosos quieren poder influir en las políticas que beneficiarán a sus comunidades religiosas.

Se nos ha advertido que llegará un momento en que los líderes influyentes de la Iglesia tendrán mayor influencia sobre los líderes políticos, empujándolos a promulgar leyes dominicales en un esfuerzo por imponer el descanso social y la observancia religiosa a nivel nacional. Este escenario, conocido como la “crisis de la ley dominical”, ocurrirá cuando las autoridades religiosas, ante las crecientes preocupaciones sobre la decadencia moral y el malestar social, argumenten que las leyes de observancia dominical son necesarias para restablecer el orden, nuestra identidad cristiana y el favor de Dios.

“Cuando las iglesias protestantes se unan con el poder secular para sostener una religión falsa… cuando el estado use su poder para hacer cumplir los decretos y sostener las instituciones de la iglesia, entonces la América protestante habrá formado una imagen del papado, y habrá una apostasía nacional que terminará sólo en ruina nacional” (Bible Commentaries, Vol. 7, p. 976).

“Si se puede inducir al pueblo a favorecer una ley dominical, entonces el clero tiene la intención de ejercer su influencia unida para obtener una enmienda religiosa a la Constitución y obligar a la nación a guardar el domingo” (Review and Herald, 24 de diciembre de 1889).

Antes de que las iglesias puedan influir eficazmente en el gobierno para imponer sus enseñanzas a la sociedad, es necesario establecer primero un mecanismo político-religioso que proporcione un foro estructurado para el diálogo. Estamos viendo que esto se está materializando con la Oficina de Fe de Donald Trump. Los cristianos evangélicos tendrán un asiento en primera fila en la Oficina Oval, y en última instancia se posicionarán para defender sus perspectivas de manera más directa en el proceso de formulación de políticas.

“Los dignatarios de la Iglesia y del Estado se unirán  para sobornar, persuadir u obligar a todas las clases a honrar el domingo. La falta de autoridad divina se suplirá con decretos opresivos. La corrupción política está destruyendo el amor a la justicia y el respeto por la verdad; e incluso en la América libre, los gobernantes y legisladores, para asegurarse el favor público, cederán a la demanda popular de una ley que imponga la observancia del domingo” (El conflicto de los siglos, pág. 592).

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