El domingo 22 de diciembre de 2024, el cardenal católico estadounidense Timothy Dolan, de Nueva York, dijo a Fox News durante una entrevista que el mundo está cambiando para mejor, especialmente en los Estados Unidos. Expresó que los estadounidenses están cansados de la idea de que la religión es supersticiosa o tóxica y debe permanecer privada. El cardenal Dolan afirmó que la religión debe estar en el espacio público. También dijo que la fe y la religión están envueltas en misterio, pero es responsabilidad de la iglesia explicar esos misterios.
Ellen G. White escribió extensamente acerca de un falso despertar religioso en los últimos días, describiéndolo como un falso avivamiento orquestado por Satanás para engañar al mundo y conducir a la imposición de la observancia del domingo. Este falso despertar religioso unirá al protestantismo, el espiritismo y el catolicismo en un movimiento que impondrá la adoración falsa y suprimirá la libertad religiosa.
“Mediante los dos grandes errores, la inmortalidad del alma y la santidad del domingo, Satanás atraerá al pueblo bajo sus engaños. Mientras que el primero pone los cimientos del espiritismo, el segundo crea un vínculo de simpatía con Roma. Los protestantes de los Estados Unidos serán los primeros en extender sus manos a través del abismo para asir la mano del espiritismo; se extenderán sobre el abismo para estrechar las manos del poder romano; y bajo la influencia de esta triple unión, este país seguirá los pasos de Roma al pisotear los derechos de la conciencia” (El conflicto de los siglos, pág. 588).
Para discernir entre un reavivamiento genuino y uno falso, necesitamos estudiar la Biblia a fondo. La norma de la verdad es la Palabra de Dios, no las experiencias emocionales ni las señales milagrosas. Puesto que la cuestión del sábado será el centro de la prueba final, los fieles deben resistir los sentimientos populares que van en contra de los mandamientos de Dios. Este falso reavivamiento conducirá a la aplicación generalizada de las leyes dominicales y a la persecución de quienes se nieguen a someterse a ellas, preparando el escenario para los acontecimientos finales antes del regreso de Cristo.
“Antes de la última visitación de los juicios de Dios sobre la tierra, habrá entre el pueblo del Señor un reavivamiento de la piedad primitiva como no se ha presenciado desde los tiempos apostólicos. El enemigo de las almas desea obstaculizar esta obra; y antes de que llegue el momento para tal movimiento, se esforzará por impedirlo introduciendo una falsificación” (El conflicto de los siglos, pág. 464).